martes, 8 de mayo de 2012

El Edificio de la biblioteca

http://www.um.es/gtiweb/jgomez/bibgen/intranet/07edificio.PDF

El edificio: aspectos clave en el diseño de una biblioteca


INTRODUCCIÓN

Sobre el tema que vamos a tratar este mes podemos encontrar mucha bibliografía al respecto y no es nuestra intención hacer una recopilación exhaustiva de toda la normativa encontrada, ni recoger datos cuantitativos, sino aquellas recomendaciones de carácter general que deben guiar la organización de los espacios bibliotecarios a los fines y necesidades de las bibliotecas y sus usuarios.
El concepto de biblioteca ha evolucionado desde su consideración como “guarda y custodia de libros”, a la idea actual de servicio público cuya misión fundamental es la difusión de la información que almacena.
El edificio ha ido evolucionado con los cambios sociales, los cambios de materiales constructivos, y los cambios en la manera de entender la misión de la biblioteca. Según palabras de Manuel Carrión Gútiez, se ha ido evolucionado desde los edificios compactos, con un único espacio para todo, con estanterías murales cerradas, a la biblioteca tripartita, en la que se enlaza mediante el catálogo a los tres elementos: público, libros y personal (salas de lectura, depósitos y despachos). Y finalmente a una biblioteca abierta a los usuarios con una nueva división tripartita basada en el grado de accesibilidad y ruido.
La construcción, instalación y equipamiento de bibliotecas dependerá siempre y en primer lugar del tipo de biblioteca que se pretenda poner en funcionamiento, de los futuros usuarios que la utilizarán y de los fondos que vaya a contener. En segundo lugar, y no por ello menos determinante, aparecen (no podían faltar ...) los condicionantes de presupuesto, condiciones físicas, etc. Por supuesto, la planificación y elección entre las distintas opciones debe ser tarea de técnicos, pero en ningún caso se hará sin el concurso del bibliotecario, que dará las directrices precisas sobre las que los demás trabajarán (este tema lo tratamos más adelante).

PRINCIPIOS DE LOS EDIFICIOS BIBLIOTECARIOS

Antiguamente se empezaba por construir el edificio y después se instalaba en él la biblioteca, o un colegio, un cine, o cualquier cosa. Ahora se debe tener en cuenta la funcionalidad. El hecho de que prime la función sobre la forma hace que debamos tener en cuenta los fines a los que va a servir en este caso la biblioteca para concebir el edificio que la va a albergar.
La IFLA ha convocado cuatro reuniones para tratar el planeamiento del edificio de la biblioteca: el de 1971 en Lausana, sobre bibliotecas universitarias; el de 1973 en Roma, sobre bibliotecas nacionales; en 1977 en Bremen, sobre bibliotecas públicas; y el de 1980 en Frederiksdal (Dinamarca) sobre el problema de distribución de los espacios internos.
Las nuevas concepciones bibliotecarias han obligado al planteamiento de una serie de principios básicos sobre los que se debe asentar la construcción de un edificio.
El arquitecto inglés Harry Faulkner-Brown establece las condiciones que debe asumir todo edificio bibliotecario. Estos principios básicos fueron presentados en 1973 y revisados en 1980:
  1. Flexible. Procurar que las instalaciones, que todo el edificio sea adaptable. El edificio debe ser diseñado con posibilidad de hacer cambios en función de nuevas necesidades que vayan surgiendo con el paso del tiempo. Se debe procurar que los elementos como escaleras y ascensores afecten lo menos posible a los espacios, que las resistencias de carga sean suficientes para convertir en depósito espacios previamente no concebidos como tales, que la construcción permita conseguir unidades de espacio homogéneas. Este principio, no obstante, ni es aplicable a todo tipo de bibliotecas, ni ha sido unánimemente aceptado por todos los bibliotecarios del mundo, ya que algunos, aún considerando sus ventajas de economía y eficacia, lo consideran un reflejo de ciertas tendencias ajenas por completo al mundo bibliotecario.
  2. Compacto. El edificio es un todo compuesto de distintas secciones, esto permite una mayor facilidad en la circulación tanto de los usuarios como del personal y de los libros.
  3. Accesible. Debe asegurar la accesibilidad y facilidad de movimiento tanto del exterior como en el interior. Exteriormente, por razón de su situación en relación con los servicios que debe prestar, por lo que debe ser céntrico cultural y urbanísticamente. Supone además que cuente con un edificio fácilmente discernible de los demás y sin grandes dificultades para su acceso desde la calle: en este aspecto no hay que olvidar la supresión de barreras arquitectónicas para niños, minusválidos y tercera edad. La accesibilidad interior supone claridad, tanto en la distribución de espacios como orientación interior por medio de señales adecuadas.
  4. Extensible. La biblioteca, como organismo vivo que es, crece y se desarrolla. Se trata de prever la posibilidad de crecimiento de forma más o menos limitada y continua.
  5. Variado en su oferta de espacios. El edificio debe permitir la instalación de distintas secciones dentro de él, cada una de ellas con necesidades diferentes y condiciones propias (salas de lectura, de consulta, sección infantil y juvenil, depósitos, zonas de libre movimiento, salón de actos, ...).
  6. Organizado. El edificio ha de permitir el acercamiento entre libros y lectores.
  7. Confortable. La biblioteca debe ser cómoda. El confort es acústico (silencio, suelos silenciosos, dobles ventanas u otros elementos aislantes de los ruidos exteriores), visual (luz suficiente, individual para investigadores, colectiva), físico (temperatura), psicológico (acabado agradable, humanización del espacio, disposición adecuada).
  8. Seguro. Cuando se habla de seguridad se refiere a varias vertientes: hacia el usuario, hacia el personal, hacia el equipamiento y hacia la colección. La construcción debe estar basada en materiales ignífugos, no inflamables, con dispositivos de seguridad y extinción. Protegido contra el agua, los agentes físicos, biológicos y químicos. Existirán dispositivos magnéticos antirrobo o circuitos cerrados de televisión, aislamiento del exterior con impermeabilización de suelos y techos, conducciones de agua y electricidad seguras, etc.
  9. Constante. La inalterabilidad en las condiciones físicas dentro del edificio (temperatura, humedad, luminosidad, aislamiento sonoro, etc) favorece el trabajo cómodo de usuarios y personal. Y además es necesario para la conservación de los materiales bibliotecarios.
  10. Económico. La necesidad de que el edificio debe construirse y mantenerse con el mínimo de recursos y personal.
Algunos de estos principios son principios arquitectónicos comunes a todo tipo de edificios.
Por otra parte, alguno de estos principios ha recibido no pocas críticas debido a su ambigüedad y falta de rigor. Esta claro que los principios de Faulkner-Brown son muy generales y se les puede achacar de carecer de los detalles indispensables para su aplicación práctica y para su posterior evaluación, pero lo importante son tanto los principios como la interpretación que de ellos se pueda hacer.

LA DISTRIBUCIÓN GENERAL DE LOS ESPACIOS

Según el principio de flexibilidad debemos conseguir la mayor permeabilidad entre los diversos sectores e incluso entre la biblioteca y la calle, pero lo cierto es que es necesario distribuir el espacio disponible en atención a los servicios que prestará la biblioteca. Esta distribución viene dada, una vez más, por el tipo de biblioteca al que nos refiramos.
Existen varias posibilidades y criterios para la diferenciación de espacios en las bibliotecas.
A la hora de distribuir el espacio muchos autores recomiendas hacerlo según el tipo de usuarios, este criterio solo es válido para las bibliotecas públicas, pues es la que verdaderamente tiene distintas clases de usuarios: niños y adultos, presentes y ausentes, etc. Los adultos disponen de unos servicios y los niños de otros. No obstante conviene recordar las recomendaciones de la IFLA donde afirma que la separación entre niños y adultos debe reducirse al mínimo. Sin embargo, dentro de la sala general de adultos puede ser interesante, sin forzar una división física, crear una zona juvenil con colecciones agrupadas por centros de interés. También hay que contar con la conveniencia de espacios para investigación, y la posibilidad de actividades colectivas y culturales, mediante una sala polivalente.
En las bibliotecas universitarias solo se diferencias tipos de puestos de lector según el uso, no tanto por categorías. M.F. Bisbrouck propone 5 zonas funcionales para bibliotecas universitarias, que son fácilmente aplicables a bibliotecas públicas:
  • Espacios de entrada.
  • Espacios de consulta/trabajo y puesta a disposición de la documentación.
  • Espacios de búsqueda de información.
  • Espacios para depósitos de libros.
  • Espacios de servicios internos.
Hay que contar también con espacios para trabajos técnicos y servicios higiénicos, así como los espacios para las comunicaciones horizontales y verticales. En las bibliotecas pequeñas solo debe haber dos alturas o una más la entreplanta. En las grandes, no más de cuatro, siendo la última para el personal. La primera con los servicios relacionados con la cultura y la información: recepción, orientación, información, catálogos, control de circulación, préstamo personal, actos colectivos. Espacios para exposiciones, sala de reunión y conferencias, proyección o tertulias, puestos audiovisuales. La zona de trabajo abarca el espacio para selección y recepción de fondos, de catalogación, restauración y encuadernación, despachos de personal directivo, etc. Estarán en espacios de sótano los talleres, instalaciones de agua, luz, climatización, seguridad, almacenes especiales e independientes para materiales especiales, laboratorios de fotografía, microfilmación o grabación, etc.
La asignación de la cantidad de espacio que le corresponderá a cada sector o servicios es necesaria en la biblioteca, aunque su concepción sea abierta y flexible. Sin embargo, no existen normas preceptivas universales, y la misma IFLA en sus Guidelines, donde ofrece orientación y consejo sobre las proporciones y medidas de los diferentes servicios, advierte de la escasa validez universal de las normas cuantitativas. Además de los problemas derivados del medio socio-económico donde se inserte la biblioteca, hay que tener en cuenta los que plantea la biblioteca por sí misma: así, las bibliotecas nacionales y especiales no son fácilmente normalizables, mientras que en las escolares y universitarias no es difícil calcular de antemano el número de usuarios y, por supuesto, se conoce que clase de usuarios son y el tipo de servicios que demandarán.
Debe tenerse en cuenta que, además de precisar diferente cantidad de espacio para diferentes servicios, también dentro de los mismos se estiman diferentes necesidades: así, un depósito cerrado necesitará menos espacio, pero más resistencia al peso que uno abierto; el personal directivo necesitará despachos individuales, mientras que el técnico compartirá espacios; las mesas de los lectores, individuales o colectivas, según el tipo de sala a la que vayan destinadas, ocuparán más o menos espacio, etc.
Las salas públicas deben diseñarse de modo que puedan vigilarse y atenderse con el menor número de funcionarios. Los tamaños no son fácilmente normalizables, sobre todo en bibliotecas nacionales y especiales.

ALGUNOS ASPECTOS CLAVE EN EL DISEÑO Y ACONDICIONAMIENTO DE LAS NUEVAS BIBLIOTECAS

La ubicación. En todos los manuales sobre el tema las indicaciones al respecto son claras, hay que conseguir que la biblioteca esté en un sitio céntrico y bien comunicado. El éxito de una biblioteca pública dependerá en buena medida de su facilidad de acceso para la mayoría de la población.
La imagen exterior del edificio. Hay edificios que invitan a entrar solo por su aspecto. Una arquitectura que despierte el interés por su contenido y no únicamente por la agresividad de sus formas y que en cierta manera sea una prolongación del paseo por la calle. Aquí se plantea el viejo problema de si es mejor rehabilitar antiguos edificios o construir otros nuevos. Normalmente los edificios rehabilitados solo pueden conservar sus fachadas y algunos elementos decorativos, ya que los problemas de resistencia y de compartimentación de los espacios impiden conservar su estructura primitiva. Y aunque a veces no lo parece, salen muchos más caros.
Orientación. El edificio debe aprovechar la orientación más favorable a la incidencia del sol, especialmente en las salas de lectura.
Accesos.Por exigencias de control se recomienda, en lo posible, un solo acceso para el público, y éste puede ser compartido con el personal. Si el edificio es muy grande podría tener un segundo acceso, pero esto aumentara los costos de funcionamiento. Para el suministro de equipamiento y dotación bibliográfica se recomienda un acceso directo desde un área de estacionamiento de carga y descarga, que no interfiera con el funcionamiento regular de la biblioteca.
Agrupación por áreas. Los criterios para la agrupación de áreas son la accesibilidad del usuario y los niveles de ruido. Según la accesibilidad, la Biblioteca Pública presenta 3 zonas diferenciadas: zona pública, zona de control y zona privada.
En la zona pública se ubican aquellos ambientes de libre acceso público: hall de acceso, información, exposiciones, talleres, usos múltiples, sanitarios y el área de control que lo articula con la zona controlada.
En la zona controlada se ubican aquellos ambientes que al contar con colecciones requieren ser resguardadas: salas de lectura, general e infantil, estadal, referencia, hemeroteca, mapoteca, fonoteca, sala de proyecciones, información a la comunidad, etc.
En la zona privada se ubican aquellos ambientes de apoyo como oficinas, procesos técnicos, depósitos, descanso, comedor, sanitarios del personal, etc.
Por razones funcionales se recomienda que referencia catálogos, terminales y control de préstamo circulante se localicen próximos al hall de acceso.
Ruidos.
Por los niveles de ruido podemos considerar tres categorías de ambientes: generadores de ruido, moderados y silenciosos. Los ambientes generadores de ruido son los de usos múltiples, talleres, sala infantil, lectura informal, prensa diaria, hall de acceso. Entre los ambientes moderados se pueden considerar las oficinas, depósitos, control de acceso, información y préstamo circulante, exposición, sanitarios, fonoteca, reprografía, información a la comunidad.
Las categorías más silenciosas son referencia, las salas de lectura , sala estatal, mapoteca y proyección.
Flujos de circulación. En una biblioteca (aquí nos referimos a las biblioteca pública) se producen cuatro flujos de circulación importantes a considerar en el funcionamiento de los servicios: el de los usuarios, que puede diferenciarse en infantil y general, el de los empleados, el de las colecciones, y el del material (del tipo que sea).
El acceso de los niños debe ser directo al área infantil a objeto de no perturbar las otras actividades, se recomienda que esta área tenga visuales a los servicios para que el niño se familiarice con todos los ambientes de la biblioteca.
La circulación general debe permitir el acceso a cada área de servicio sin ocasionar conflictos en ellos.
El flujo de circulación de los empleados puede ser similar al flujo del usuario en las áreas públicas o controladas y específico en las áreas privadas.
El flujo de materiales de todo tipo y dotaciones debe ser analizado en el proyecto pues en la biblioteca pública las colecciones son un importante factor: un libro accede, se ordena, cataloga, se ubica en la estantería correspondiente, se exhibe, se usa en sala, se presta al exterior del edificio y se recupera. Toda esta dinámica se desarrolla primero en las áreas privadas y posteriormente en las públicas y controladas.
Acondicionamiento ambiental. El acondicionamiento ambiental de una biblioteca debe optimizar el aprovechamiento de las condiciones naturales de iluminación, ventilación, acústica, al mismo tiempo que debe considerar los equipos necesarios para garantizar no solo el confort del usuario, sino la optima ambientación para la conservación de las colecciones.
Los requerimientos de confort ambiental cuentan con normativas y recomendaciones derivadas de la experiencia en el desarrollo y uso de estas edificaciones.
Iluminación. La luz es un elemento clave que puede cambiar totalmente el aspecto y el confort de una biblioteca. La iluminación debe ser prevista en función de las actividades que se realizan en cada espacio: lectura, audición, administración, exposición, etc.
Los lucernarios y fachadas totalmente de vidrio (tan comunes en países nórdicos) pueden llegar a crear un clima insoportable en un país mediterráneo. La orientación de las zonas con cristales, las cornisas y todos aquellos elementos que impidan la irradiación directa pero dejen pasar la luz, son indispensables para el correcto funcionamiento de los edificios.   
La lectura es la actividad que más nivel lumínico necesita. Es necesario procurar que las fuentes de luz natural o artificial estén ubicadas cenitalmente para lograr una mejor iluminación sobre el plano de la lectura. Cuando la iluminación natural no es suficiente, debe garantizarse el confort lumínico a través del uso complementario de iluminación artificial. Para la dotación de iluminación artificial es recomendable el uso de lámparas fluorescentes. Si el criterio es lograr una iluminación uniforme, se pueden emplear cielos rasos luminosos. Es deseable la utilización de luz natural, pero debe evitarse la incidencia directa de los rayos solares sobre los materiales bibliográficos y no bibliográficos, los lectores o el personal.
Ventilación y temperatura. Todos los ambientes de una biblioteca, especialmente las salas de lectura, deben ser térmicamente confortables. En el caso de localidades excesivamente calurosas y solamente cuando sea imposible lograr niveles aceptables de temperatura mediante la disposición de las aberturas de la edificación, creación de microclimas, etc., debe recurrirse a sistemas mecánicos de enfriamiento y ventilación. La temperatura interior debe oscilar entre los 19 y 24 grados centígrados.
Las aberturas o ventanas deben ubicarse de tal forma que se establezca la ventilación cruzada en cada uno de los ambientes. Las ventanas y otros elementos de ventilación natural deben ser estudiados de manera de poder controlar la circulación del aire. Además de evitar la posible entrada de agua, sol, polvo u otros contaminantes atmosféricos, además de insectos y alimañas, por el deterioro que ocasionan a las colecciones.
Cuando se usan ventiladores para ayudar a mantener el confort térmico de una sala de lectura y éstos se coloquen en el techo, debe cuidarse que no queden debajo de la fuente de luz artificial para evitar la intermitencia de la iluminación sobre el plano de lectura. Debe procurarse también que la velocidad de operación de éstos sea graduable y así evitar que se produzcan corrientes de aire molestas. La renovación de aire estimada para lograr los niveles deseados es de 20 veces por hora.
Se debe poner un especial énfasis en dotar la edificación con un sistema adecuado de deshumificación, pues mantener baja la humedad relativa del aire puede crear un ambiente más confortable, aunque no se logre bajar significativamente la temperatura interior, además de ofrecer mejores condiciones de preservación de las colecciones. Los medios húmedos y cálidos son más propicios para la proliferación de hongos y otros elementos inconvenientes.
Acústica. La palabra "Biblioteca" tradicionalmente ha estado asociada a la idea de tranquilidad, por tanto, las características del medio que normalmente le rodea requiere previsiones especificas en este aspecto del diseño.
La zonificación y el emplazamiento se estudiará para preservarla de los ruidos externos, considerando especialmente la ubicación de los espacios de lectura en las zonas más silenciosas del conjunto. La dinámica de algunas actividades propias de la biblioteca exige previsiones de control acústico interno, a fin de no perturbar las actividades que requieran mayor tranquilidad. Para ello se recomienda: Agrupar los espacios donde se realizan actividades de naturaleza similar: Las de lectura, talleres, oficinas, etc. En caso de contar con varias plantas se recomienda ubicar en pisos bajos, las actividades más generadoras de ruido y tráfico.
Utilizar mobiliario o cerramiento adecuados para el aislamiento del sonido dentro de un mismo espacio, tales como cubículos, cabinas, etc. Utilizar materiales adecuados en revestimiento y acabados internos, como alfombras, tela, corcho, plafones acústicos, etc. en pisos, paredes y techos Los espacios tales como auditorio, salón de usos múltiples, salas audiovisuales, fonoteca, etc., exigen un tratamiento acústico especifico.
Estructura. La elección de los módulos estructurales de la edificación debe hacerse en función de los espacios que cubrirán: se recomienda el uso de grandes zonas estructurales, para las zonas públicas y controladas, pudiendo la zona privada resolverse con zonas estructurales de menor magnitud. Es decir, las distancias entre soportes o columnas, puede ser mayor en las salas de uso público y menor en oficinas o similares.
Cuando se utilicen entrepisos para ubicar las colecciones, la estructura debe contemplar sobrecargas mayores a las usuales.
Conviene recordar el principio de flexibilidad a la hora de tener en cuenta la estructura del edificio.
Suprimir las barreras arquitectónicas. La biblioteca debe ser accesible a su totalidad. Minusválidos, pero también gente anciana o una madre con un cochecito de bebé, deben poder circular sin problemas por toda la biblioteca. Por tanto deben eliminarse los desniveles, peldaños y todos aquellos obstáculos que impiden a las personas con minusvalías acceder a una parte de los servicios.
Cualquier edificio de dos o más plantas debería estar dotado de ascensor y los accesos y zonas de paso deberían estar contiguos a los del resto de los usuarios (evitando así entradas especiales).

EL PAPEL DEL BIBLIOTECARIO. RELACIÓN CON EL ARQUITECTO.

Ni que decir tiene que la colaboración estrecha entre el arquitecto y el bibliotecario es fundamental, la realización o transformación de edificios bibliotecarios es una tarea muy compleja, en la que deben colaborar arquitectos y bibliotecarios, escuchándose y respetando las propias parcelas de profesionalidad. La planificación del edificio es importante porque es una inversión para mucho tiempo y muy costosa. El bibliotecario debe conocer su bibliotecas, sus necesidades, servicios, sus usuarios, los modos de acceso a la lectura y la información que se pretende, etc. El arquitecto ha de señalar qué soluciones técnicas son posibles, respetando el valor histórico del edificio (en el caso que no sea nuevo), qué efectos van a producir sobre preservación, conservación, seguridad y accesibilidad de los fondos; qué circulación de usuarios y personal va a resultar, crear las redes informativas necesarias, etc. Si, como ocurre a veces, arquitectos y bibliotecarios no se comunican lo suficiente, se producen disfunciones que perjudican los resultados para el trabajo futuro de profesionales y usuarios. Es fundamental una cooperación estrecha y desde el principio, reconociendo la independencia mutua en sus respectivos campos, pero con acuerdo en los objetivos fijados por los bibliotecarios, que en este proceso, no debemos olvidar que son "clientes" y deben actuar como tales, como señaló Luis Anglada.
El anteproyecto recoge lo que el bibliotecario pide al arquitecto. Es un resumen de las necesidades y problemas, de lo que queremos. El bibliotecario debe dar el croquis de la organización técnica y administrativa. el número de usuarios, la proporción de puestos de lectura por población, el número de volúmenes, y el incremento previsto.
Según Fuentes Romero debería contener:
  • Funciones que se desea cumplir en la biblioteca.
  • Número aproximado de usuarios en horas normales y en las horas de máxima actividad. En función de esto, delimitar la superficie total y útil del nuevo edificio, la decisión sobre el número de plantas, la distribución por secciones de esa superficie, la asignación de una planta a cada sección y las relaciones espaciales entre ellas.
  • El tamaño (en metros lineales) y peso aproximados de la colección en función de los habitantes de la población.
  • El tipo de relaciones que se quiere mantener con la comunidad y los horarios de apertura al público.
  • El tipo de relaciones con el sistema bibliotecario, esto es, si el trabajo va a funcionar en forma de red o no.
  • Número de empleados y el espacio a ellos dedicado.
  • El presupuesto disponible, que determina el ajuste del proyecto.
  • Si el edificio va a ser de nueva construcción o se va a rehabilitar uno que ya existe.
  • Si la biblioteca va a estar instalada compartiendo los locales con otras entidades o, al contrario, en edificio exento eindependientes de cualquier otro organismo.
  • Por último, la aplicación como baremo o guía de las normas internacionales en función del número de habitantes de la población que la biblioteca va a atender.

INSTALACIONES

Las instalaciones en una biblioteca moderna pueden ser muy complejas y van desde la calefacción a los sistemas de detección de robos, de la señalización a los sistemas electrónicos de acceso a la información. Atendiendo a sus funciones, podemos clasificarlos de la siguiente forma:
Sistema de señales y orientación al lector. Se encuentra a mitad de camino entre muebles e instalaciones. Su situación, clases, diseño, etc. son tareas de profesionales que no conviene dejar en manos de aficionados. La economía y la armonía recomiendan que los estudios sean colectivos y procedan de órganos centralizados.
Iluminación. Aspecto de gran importancia por afectar no sólo a la construcción del edificio, sino hasta la elección de mobiliario. Las tendencias actuales se inclinan a preferir la iluminación colectiva sobre la individual (500 luxes para los lectores y 300 en zona de estanterías), la luz fluorescente, grado de incidencia calculado para que la luz no moleste, recubrimiento mate de las mesas e impedir la entrada directa de luz solar.
Protección. Las primeras medidas de protección se encuentran en la instalación y distribución adecuada de las redes de agua, electricidad, calefacción, alcantarillado, etc. Inmediatamente le siguen las medidas preventivas: contra el robo (alarmas, detectores electrónicos, etc.); contra incendios (detectores de calor o humo), filtraciones, etc.
Aislamiento. Teniendo en cuenta las características de los fondos almacenados en las bibliotecas, así como las funciones que en ella se realizan, parece evidente señalar la necesidad de elementos de aislamiento, que proporcionen una defensa contra el ruido, los cambios climatológicos y, si es posible, la contaminación ambiental. Los sistemas de aislamiento actualmente en el mercado son múltiples y variados. A la hora de su elección se tendrá en cuenta qué y a quién deberán proteger y contra qué, y procurar que no sean causa de otros problemas más graves: así, los sistemas de aislamiento deberán ser ignífugos, neutros y naturales.
Transporte. El transporte puede establecerse de forma mecánica o automática, y suponer movimientos verticales -los más frecuentes- u horizontales. Existen multitud de sistemas, de los más simples a los más sofisticados: estos últimos suponen ahorro de personal y tiempo, pero su extrema complejidad y costo los hacen de difícil implantación. Los sistemas de transporte suelen plantear problemas de mantenimiento y conservación.
Otras instalaciones. Además de las mencionadas, existen una larga serie de instalaciones en la biblioteca, tales como las de guardarropa y consigna, encuadernación y reparación, talleres de imprenta, depósitos compactos o semicompactos, etc.

EQUIPAMIENTOS

Comprende una larga serie de elementos, fundamentales unos y complementarios otros. Es imposible, no sólo dar datos sobre medidas y proporciones, sino incluso enumerar todos los elementos que forman parte del mobiliario de una biblioteca (tampoco es el objetivo del artículo). Entre los elementos fundamentales, no obstante, se pueden señalar los siguientes:
Estanterías. Sirven para almacenar libros y revistas, para su exposición, para crear espacios y hasta para orientar al lector. Incluyen también el equipo necesario para su utilización -sujetalibros, banderolas, etc.-, y pueden presentarse en diversas formas -compactas, no compactas, murales, de distinta altura, etc.). La elección del tipo de estantería se hará en función del empleo a la que se la destine y del lugar que vaya a ocupar en la biblioteca. Pueden ser de madera o metal, aunque este último parece imponerse.
Armarios, archivadores y vitrinas. Cumplen la misma función que las estanterías para las obras de características físicas diferentes a los libros (mapas, revistas, estampas, etc) Las vitrinas dotadas de medidas de seguridad (contra robo, sequedad, etc.), deben utilizarse para las exposiciones temporales y para la guarda de materiales selectos y preciosos, cuyo valor cultural se cumple más en la contemplación que en la consulta.
Ficheros. Mueble imprescindible de trabajo hasta la automatización total y definitiva de las bibliotecas. Deben ser móviles y modulables, dotados de portaetiquetas y otros materiales auxiliares. Hoy en dia ya en desuso.
Mesas y sillas. Las mesas pueden ser individuales y colectivas; para funciones especiales que requieran un especial aislamiento existen los carrels y pupitres. Las mesas colectivas ahorran espacio y dinero, pero no son siempre lo más indicado para las bibliotecas. Conviene distinguir el tipo de mesa utilizada para la consulta de material de referencia o para la lectura en sala u otras funciones, de las utilizadas por el personal de la biblioteca. Las sillas habitualmente se suponen acolchadas y son aconsejables las giratorias con ruedas para el personal de la biblioteca. Los servicios técnicos tienen sus propias exigencias y su propio mobiliario.
Mostradores. Son elementos de conjunción entre usuarios y bibliotecarios y actualmente su función es más de información que de vigilancia. La altura de los mismos es variable y sus funciones pueden ser múltiples, desde un pequeño almacén provisional de los documentos devueltos hasta oficina múltiple de información, consulta y préstamo.
Carros de transporte de fondos. Imprescindibles en las bibliotecas, facilitan el transporte de documentos y la circulación de los mismos entre los depósitos y los usuarios. Han de ser cómodos, robustos, seguros y silenciosos.
Otros tipos de muebles. Son los del guardarropa, cafetería, lugares de descanso, etc. y pertenecen a la dotación ordinaria de cualquier edificio de uso colectivo.



BIBLIOGRAFÍA
Proyectos arquitectónicos para Bibliotecas Públicas: Guía para su formulación. Caracas, 1998.http://infolac.ucol.mx/documentos/bibliotecas/doc5.pdf En formato PDF
Planificación, organización espacial y equipamiento de las bibliotecas universitarias. Eugenio Tardón, 1998. http://alfama.sim.ucm.es/buc/documentos/Contribuciones/bu04.pdf En formato PDF
Construcción, instalación y equipamiento de bibliotecas. Rosario López de Prado. última revisión: 25 de abril de 2000. http://www.geocities.com/zaguan2000/303.html
Biblioteconomía. Conceptos básicos de gestión de bibliotecas. Murcia. DM, 1999. Gómez Hernández, J.A. http://www.um.es/gtiweb/jgomez/bibgen/intranet/07edificio.PDF En formato PDF
- CARRIÓN GÚTIEZ, M.: Manual de bibliotecas, 2ª ed., Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruiperez, 1993.
NUEVOS espacios para la lectura pública. Madrid: Consejería de Cultura, 1991.
- VENTURA, Nuria: El espacio en la biblioteca. I y II. Construir bibliotecas públicas: una colaboración entre arquitectos y bibliotecarios. En Educación y Bibliotecas, 1995.


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jueves, 26 de abril de 2012

¿Qué es Propiedad Intelectual?


La Propiedad Intelectual  tiene que ver con las creaciones de la mente: las invenciones, las obras literarias y artísticas, los símbolos, los nombres, las imágenes y los dibujos y modelos utilizados en el comercio.
 La propiedad intelectual se divide en dos categorías: la propiedad industrial, que incluye las invenciones, patentes, marcas, dibujos y modelos industriales e indicaciones geográficas de procedencia; y el derecho de autor, que abarca las obras literarias y artísticas, tales como las novelas, los poemas y las obras de teatro, las películas, las obras musicales, las obras de arte, tales como los dibujos, pinturas, fotografías y esculturas, y los diseños arquitectónicos. 



 Los derechos relacionados con el derecho de autor son los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones y ejecuciones, los derechos de los productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los derechos de los organismos de radiodifusión sobre sus programas de radio y de televisión. 
Beneficios y derechos
La patente le otorga el derecho de excluir a terceros de fabricar, reproducir, comercializar, entre otros, su producto, le confiere exclusividad por 20 años.
Beneficios y derecho que confiere el registro de una patente
La patente le otorga el derecho de excluir a terceros de fabricar, reproducir, comercializar, entre otros, su producto, le confiere exclusividad por 20 años.
Le brinda el derecho de iniciar una acción legal contra todo aquel que, sin su permiso, fabrique o venda la invención del titular de la patente. Caso contrario no podría demandar y reclamar sus derechos.
El Titular puede otorgar la(s) licencias de su invención a un tercero para la explotación de su patente.
Le brinda prioridad respecto de terceros que quieran registrar invenciones similares en países en que se puede obtener protección.
¿Qué legislación maneja Ecuador para garantizar la Propiedad Intelectual?
 
Tenemos mucha legislación. Nos regimos a través del Acuerdo del Derecho a la Propiedad Intelectual (Adpic), de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esa es la norma marco de propiedad intelectual, a nivel mundial. Nosotros somos suscriptores de la OMC, por lo tanto esa es nuestra norma marco.
De ahí, tenemos la normativa andina en propiedad industrial que es la decisión 486; la decisión 351, sobre derecho de autor; la decisión 345, sobre protección de obtención de variedades de vegetales. Adicionalmente, somos suscriptores de diferentes convenios de respeto a los derechos de la propiedad intelectual como el convenio de París, el de Berna. También de tratados en Derecho de Autor, de los tratados OMPI (Organización Mundial de Propiedad Intelectual). Adicionalmente tenemos la ley de propiedad intelectual del Ecuador del año 1998. 
¿La ley está acorde con los tratados?
 
La Ley genera mayores protecciones a los tratados y convenios internacionales, en muchos de los aspectos. Diría que no es una Ley acorde a los países en desarrollo. Es una ley que va más allá de la realidad de los países en desarrollo por eso muchas veces se hace inaplicable. 
¿En qué casos?
 
En los casos de penalización de todos los criterios propiedad intelectual. En casos de derechos de importación y derechos de autor.
Estos tratados internacionales, tienen unas cosas que se llaman flexibilidades, que son hechas para los países en desarrollo para que puedan aplicarlas y que el impacto que pueda generar la propiedad intelectual no sea negativo; y muy por el contrario, puedan utilizar a la propiedad intelectual como una herramienta para el desarrollo.
Lastimosamente el Ecuador, al haber hecho su ley en el año 1998, antes de que se hablara de las flexibilidades que tenían estos tratados, la ley de propiedad intelectual no contempla estas flexibilidades. 
¿En la práctica, sirve y se aplica la Ley?
 
La Ley sirve, la ley se aplica, la ley es una de las más fuertes de la región. Esto es lo que sucede, los países en desarrollo, cuando aceptamos ingresar a un sistema multilateral de protección en propiedad intelectual, no estábamos preparados todavía, habían procesos de transición.
Es necesario generar toda una cultura de respeto a las creaciones, una cultura de respeto a la propiedad intelectual. Adoptamos normas de los países desarrollados y las adoptamos de la noche a la mañana, por eso es que se ve una falta de respeto a los derechos de propiedad intelectual.
En Estados Unidos y Europa, se vivió una cultura de respeto a los derechos, luego existió la ley. Nosotros en cambio adoptamos normas directamente. Y adoptamos las normas más avanzadas, lo que ocasiona esto es que no sea acorde a las realidades nacionales. 
¿Cómo se crea esta cultura?
 
Siempre se enfoca a la piratería desde un ángulo en que es una violación al derecho. Es verdad, es una violación al derecho del titular, del autor. Pero hay otra cosa que es real, en Ecuador ha existido una falta de acceso a la cultura, entiéndase acceso en su término general.
Acceso me refiero a que aquí, en Ecuador, podamos comprar en las condiciones que tenemos en el país, productos originales, que respeten los derechos de autor a los costos de la realidad del Ecuador. 
 Lastimosamente, aquí en el Ecuador, debido a que el avance de la tecnología y el cultural va más rápido que el avance legislativo, ha ocasionado que nosotros como ecuatorianos nos sintamos como ciudadanos de segunda clase, que la única forma de tener acceso a la cultura es a través del acceso pirata. Eso no es así, podemos tener acceso a la cultura y en los costos en los cuales el Ecuador puede realizarlos. Debemos exigir   acceso legal a la cultura. 
¿Cómo lo hacemos?
 
Nosotros como Estado tenemos la obligación de garantizar el acceso a la cultura, que es un bien universal al que todos debemos tener acceso. Es deber el Estado buscar que exista el acceso real a la población. 
¿Entonces, cuál ha sido la participación del Estado en esto?
 
Hemos hecho muchas gestiones a fin de lograr que existan mecanismos de acceso legal. Ahora, nosotros no somos el ente encargado de velar por el acceso a la cultura, somos el ente encargado de velar por el respeto de los derechos de los titulares. El ente encargado (Ministerio de Cultura), debe de generar las licencias para el Ecuador, en los términos y condiciones reales para el país. 
Estamos trabajando juntamente con el Ministerio de Cultura, para poder lograr mecanismos de acceso a la cultura, porque hoy en día, la piratería a quien más daño hace es al creador nacional. Supongamos que la película “Prometeo deportado”, costó 700 mil dólares, hacer la película, para que él (Fernando Mieles, director), pueda recuperar su inversión tiene que sacar la película y comercializarla a $ 3, $ 4; pero supongamos mientras tanto que en la calle, encuentran la película que costó $ 700 mil, la comercializan a $ 1. ¿A quién le estamos haciendo competencia? ¿Ud. cree que a Steven Spielberg o a las grandes transnacionales les importa lo que sucede en Ecuador? A nosotros nos han demostrado que no. A quien estamos haciendo daño es a nosotros mismos.
¿Qué se hace?
 
En el momento en que nosotros exigimos el acceso legal a la cultura y que se equiparen los precios, tanto los unos como los otros, vamos a generar una competencia de igual a igual entre los operadores nacionales y los internacionales.
Esto nunca se ha enfocado, la prensa por lo general no enfoca este punto. No somos ciudadanos de segunda clase, nos merecemos tener acceso legal, pero a los titulares no les interesa generar acceso legal en Ecuador. Iniciamos 27 acciones de oficio contra establecimientos que venden productos ilegales, en los cuales ninguno de los titulares compareció. 
¿Pero la lucha es contra los grandes piratas?
 
Claro, por eso nosotros no atacamos al que vende en la calle. Con operativos de inteligencia, que se realizan en diferentes lugares, determinamos a quienes son los que tenemos que iniciar las acciones. Pero nuestras acciones son aisladas frente a la gran cantidad de violación que existe, pero esta violación existe justamente por falta del interés de los titulares. Ellos están esperanzados solamente en que actuemos de oficio y es imposible hacerlo. 
 ¿Por eso es que avanza tanto y tan rápido la piratería?
 Así es. Creemos que la forma de tener una solución es generar una cultura de respeto y a la par que los titulares se interesen por los mercados y que la población exija acceso legal a la cultura.
Yo he exigido en diferentes foros que en Ecuador, necesitamos tener acceso. En otros países por ejemplo puedes comprar películas por internet, comprar música por internet. Aquí no hay ninguna de estas figuras, ninguno de estos mecanismos de acceso legal.
¿En seguridad industrial también hay violaciones a la propiedad intelectual?
 
Si, también. Hay muchísimo también pero ahí los titulares si ejercen acciones, en el momento que ejercen acciones, los que quieren infringir saben que se deben atener a las consecuencias.
Recordemos que este es un derecho privado, el primero en ser llamado a que exija su derecho es el titular. 
¿Por qué no les interesa hacer respetar su derecho?
  Básicamente porque no lo conocen. Hemos estado trabajando justamente para generar esta campaña y que conozcan los titulares cuáles son sus derechos, la campaña es ‘Ecuador Crea’.
Hemos hecho una campaña positiva en la que buscamos mostrar la cara de la creación ecuatoriana, que aquí en Ecuador si existen creadores, que tenemos gente que esta creando y merecen vivir de su creación.
Es una campaña en redes sociales porque somos una institución autofinanciada, por eso hemos tratado de maximizar los recursos. Sacamos publicidad en la televisión y en radio, que va a ser muy poco. 
Son espacios en los que se puede subir el testimonio en la página web a través de ‘youtube’, indicando cuál es tu proceso creativo, cuánto cuesta crear y cuál es la cara de los creadores ecuatorianos porque lastimosamente tenemos la cara solamente de los infractores pero no de los creadores. 
Si soy titular y quiero denunciar que se han vulnerado mis derechos ¿Qué hago?
 
Hay tres vías: ante los jueces penales y civiles, ante la fiscalía o ante el IEPI, a través de una acción que se llama tutela administrativa. Comprenderá que la más fuerte es ante los jueces. 
Por esto se ha creado una campaña denominada ‘Ecuador Crea’ que busca que se conozca a los titulares de los productos y su proceso de creación.

miércoles, 4 de enero de 2012

SEMINARIO PRESENCIAL día sábado 21 de Enero del 2012

Guayaquil. Formato Marc 21, IsisMarc y Z3950 (21 Enero)
MAS INFORMACION EN:
http://www.ldsolutions.org/Guayaquil-Formato-Marc-21-IsisMarc.html

CURSOS DE CAPACITACIÓN ENERO 2011



Invitamos a l@s compañer@s de las clase bibliotecaria a participar de los Cursos dictados por el Capacitador Internacional Lic. Luis Ramírez Caldas de Rave Internacional.


Guayaquil. Ofimatica software libre en suite de escritorio (16 - 20 de Enero)

MAS INFORMACION EN:
http://www.ldsolutions.org/Guayaquil-Ofimatica-software-libre.html

Guayaquil. Gestion documental Norma EAD y Winisis (16 - 20 de Enero).
MAS INFORMACION EN:
http://www.ldsolutions.org/Guayaquil-Gestion-documental-Norma.html

jueves, 29 de diciembre de 2011

LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS COMO FUENTE DE CONOCIMIENTO Y CULTURA



 La historia de la evolución humana ha podido construirse gracias a las salvaguarda  de la información en disímiles soportes a través del tiempo. Los espacios físicos destinados al almacenamiento de los documentos tomaron diferentes nombres en dependencia de las culturas y de las funciones para los cuales fueron creadas. Se le preservaron de diversas maneras y en disímiles lugares con un fin determinado pero sin una concepción preestablecida.

En la era moderna  aparece un lugar destinado a guardar  estos documentos, Los Archivos y una ciencia capaz de regir la organización,  conservación y gestión de los documentos, la Archivística.




Los archivos históricos son los más conocidos dentro del   Sistema Archivístico Institucional (SAI), por su larga  vida al servicio de la investigación y la cultura; constituyen la garantía de la evolución jurídica y administrativa de la sociedad, son la memoria colectiva de una nación, región o localidad; testimonios que evidencian la experiencia humana. Su finalidad es gestionar, atesorar, conservar,  y difundir el patrimonio documental, pueden almacenar documentos históricos recibidos por donación, depósito, transferencia y adquisición. Los usuarios por excelencia de este tipo de archivo son los investigadores interesados en el valor secundario que han adquirido los documentos al final de su ciclo de vida.



La universidad es la encargada de dirigir científicamente la formación de sus educandos teniendo en cuenta la educación, la instrucción y el desarrollo social, para alcanzar altos niveles de calidad y excelencia, en correspondencia con los más caros intereses de esa sociedad.

Actualmente  se proyecta en función del desarrollo cualitativamente superior del futuro profesional, se quiere que sea capaz de desempeñarse en disímiles escenarios y con la capacidad, competencia y responsabilidad necesarias para que contribuya al desarrollo social y cultural de la nación. Los archivos históricos como centros de información en la actualidad tienen una gran significación para la sociedad en general y muy especialmente para los estudiantes universitarios que requieren la información más novedosa y auténtica para su formación competente y completa a la altura de las exigencias sociales de estos tiempos. Aunque es reconocida la importancia que tienen los archivos históricos en el desarrollo político, económico y social dentro de la  sociedad, no siempre se le da el valor que se merece, existiendo poco conocimiento y reconocimiento de estas instituciones por la comunidad en general e incluso en los estudiantes .


Este  trabajo tiene como objetivo dar a conocer la importancia de los archivos históricos  como fuente de conocimiento y cultura  imprescindible para la formación, desde una dimensión  que incluye los aspectos  instructivo, desarrollador  y  educativo, de los estudiantes, asegurando el cumplimiento de la misión de la educación superior en los tiempos actuales. En el desarrollo del trabajo se esclarece el concepto de archivo histórico y se relaciona las funciones que realizan estos centros, argumentando la influencia positiva que ejercen en la formación de los estudiantes.


Desarrollo que se entiende por archivo ha sido un debate ya superado. La literatura especializada ofrece una gama de definiciones del término. Uno de los conceptos más completos lo ofrece Antonia Heredia en su Libro Archivística General Teoría y Práctica, quien los define como: “Uno o más conjuntos de documentos sea cual sea su fecha, su forma y soporte material, acumulados en un proceso natural por una persona o institución pública o privada en el transcurso de su gestión, conservados, respetando aquel orden, para servir como testimonio e información para la persona o institución que los produce, para los ciudadanos o para servir de fuente de historia”.


El diccionario de terminología archivística del Consejo Internacional de Archivos sintetiza los criterios al respecto a través de tres acepciones:


• Conjunto de documentos sean cuales sean su fecha, su forma y su soporte material, producidos o recibidos por toda persona física o moral, y por todo servicios u organismo público o privado, en el ejercicio de su actividad, y son, ya conservados por sus creadores o por sus sucesores para sus propia necesidades, ya transmitidos a la institución de archivos competente en razón de su valor archivístico.


• Institución responsable de la acogida, tratamiento, inventariado, conservación y servicio de los documentos.


• Edificio o parte de edificio donde los documentos son conservados y servidos.


Para los efectos del presente trabajo las autoras  consideran al archivo como el espacio donde se realiza la recepción, conservación y organización de documentos de cualquier naturaleza y en cualquier soporte producidos por personas físicas o jurídicas en el ejercicio de su actividad, con fines administrativos, jurídicos e históricos, ordenados según principios de procedencia.


La literatura ofrece para los diferentes tipos de archivos variadas clasificaciones, sin embargo es válido  aclarar que  los documentos son los mismos desde que se crean en la oficina que los produce hasta su depósito en un archivo histórico, lo que se modifica es el uso que se va a hacer de ellos. 

En esta  investigación la  clasificación más  acertada es la que se ajusta al concepto de ciclo de vida de los documentos, compuestas por:


• Archivos de gestión: están formados por los documentos de uso frecuente o en fase de tramitación. Se utilizan por las propias unidades administrativas que los producen a fin de facilitar la gestión de actividades corrientes. La documentación permanece en esta fase un periodo de cinco años. 



• 
Archivos centrales: se conforman con la documentación que deja de ser utilizada de forma frecuente. Esta fase es de 10 años pero  los archiveros pueden establecer menores plazos en función de muchos factores siempre teniendo en cuenta la finalización de los trámites.



• 
Archivos intermedios: a estos archivos se trasfieren, desde los archivos centrales, la documentación que ha perdido prácticamente en su totalidad el valor de gestión administrativa. Los documentos permanecen en este archivo 15 años más, es decir, hasta alcanzar los 30. Durante esta fase se procede a su valoración, selección y expurgo para conservar los realmente importantes. 


• 
Archivos históricos: son los que conservan la documentación de forma permanente por su valor informativo, histórico y cultural. 


Los archivos históricos constituyen la garantía de la evolución jurídica y administrativa de la sociedad, son la memoria colectiva de una nación, región o localidad; testimonios que evidencian la experiencia humana. Su finalidad es atesorar, salvaguardar y difundir el patrimonio documental. Las transformaciones de la nueva sociedad obligan a un desarrollo integral y armónico de los archivos para poner a disposición de los investigadores este valioso acervo documental.



Los archivos históricos son centros de información  que conjuntamente con las transformaciones y requerimientos de la nueva sociedad cubana perfeccionan sus funciones. Su labor  se ha visto fortalecida y se  ha extendido a toda la población, proyectándose a la comunidad en general y poniendo a disposición de todo el valioso acervo documental que atesora.



Con la aparición del Decreto Ley 221 en el 2001 de los Archivos de la República de Cuba se crea el Sistema Nacional de Archivos y  se establecen las condiciones para el desarrollo e incremento futuro de los Archivos Históricos Provinciales y la adecuada conservación del patrimonio documental del territorio en el cual se encuentran ubicados. A partir de este momento se faculta al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente para proponer, dirigir, controlar la política en materia de archivos; así como coordinar la organización y el funcionamiento de este sistema.

 A pesar de la sabida importancia que tienen los archivos históricos en el desarrollo político, económico y social dentro de la  sociedad, a veces resulta como una institución totalmente desconocida y poco reconocida entre el público en general.  


Como en cualquier otra profesión, la archivística  tiene responsabilidades  que les dictan las leyes y la ética. El respeto a la vida privada del ciudadano, el secreto profesional y el respeto a la confidencialidad sea personal o administrativa es algo que debe cumplirse cabalmente, como él médico hace valer su confidencialidad con el paciente, es la ética profesional lo que lleva al archivista a mejorar las técnicas, de manera que el conjunto del trabajo archivístico sea más útil a su institución, y por consiguiente a la sociedad en general.  Es también en esta categoría donde entra la preocupación por hacer los archivos accesibles a los estudiantes universitarios, investigadores y comunidad en general.



Los archivos históricos les brindan a los estudiantes universitarios una cultura que le incentiva el interés por la historia, la cultura y la sociedad, desarrollando en ellos valores. Desarrollar la cultura es una condición indispensable de la universidad moderna y una de sus  diferencias  esenciales con la de etapas  anteriores.   Desde la perspectiva de la misión de la universidad, preservar la  cultura es, ante todo, garantizar la transferencia  del  acervo cultural de  la humanidad de una generación a otra, de ahí que el vínculo de los estudiantes universitarios con los archivos históricos sea una necesidad actual, por toda la fuente de conocimiento y cultura  que les aporta.

El archivo histórico ha diversificado gradualmente sus actividades de servicio a la investigación académica y ha comenzado a desarrollar tareas cada vez más relacionada con la educación, la cultura, la protección del patrimonio documental y la promoción cultural hacia la comunidad, adaptando sus servicios a las exigencias de los tiempos actuales.


Esta diversidad de actividades definen las funciones de los archivos históricos, en la literatura se reflejan por diferentes autores, a criterio de las autoras del trabajo.


1. Recepción y organización de las transferencias de fondos procedentes de los archivos intermedios mediante la creación y mantenimiento del correspondiente registro general de entrada de fondos y la elaboración de los oportunos instrumentos descriptivos dentro de lo que se ha dado en llamar “la función de control de los fondos” y que incluye: la planificación, ejecución y seguimiento de las actividades relacionadas con los registros de entrada y salida de documentos, la identificación de la estructura de los fondos y su valoración y la tramitación de certificaciones y consultas.


2. Planificación descriptiva y elaboración de los instrumentos descriptivos de sus fondos bajo los parámetros de la normalización descriptiva y la prioridad y oportunidad de los instrumentos descriptivos a elaborar de acuerdo con las características de los fondos conservados y de la demanda externa del archivo.


3. Recepción, organización, conservación y servicio históricos no institucionales, es decir, de fuera del sistema archivístico institucional al que pertenece el archivo histórico, ingresados bajo diferentes fórmulas: cesión en depósito, donación, adquisición, exposición, etc.. con la elaboración del correspondiente registro general.


4. Gestión de las salidas temporales o definitivas de fondos y documentos y su control mediante el correspondiente registro general de salida y el oportuno expediente.


5. Desarrollar iniciativas encaminadas al fomento de la protección y la conservación del patrimonio documental en el ámbito territorial de sus competencias.


6. Planificar, organizar y gestionar los servicios de información, consulta y referencia, tanto internos- al personal y órganos de su propio sistema archivístico- como externos: ciudadanos en general, investigadores, alumnos de los diferentes niveles del ciclo educativo, entidades que desarrollan actividades culturales, etc.


7. Planificar, organizar y gestionar las actividades relacionadas con el fomento de la acción cultural del archivo y las relaciones con la divulgación y difusión de sus fondos: medios de comunicación, publicaciones, difusión, exposiciones, programas educativos, proyectos culturales, convenios con otras instituciones culturales, programas de apoyo y fomento a la investigación histórica, etc.


8. Elaborar y proponer el marco normativo archivístico desde el ámbito de sus competencias al organismo o instituciones correspondiente, especialmente en materia de patrimonio documental y fondos históricos.


9. Establecer líneas de cooperación con el resto de los archivos que constituyen el sistema archivístico en el que se halle integrado y, especialmente, con los archivos intermedios de los que recibe fondos. Esta cooperación debe hacerse extensiva al organismo u organismos administrativos creados para gestionar y aprobar medidas de valoración y selección de documentos en el ámbito institucional del archivo histórico.


10. Establecer todas las medidas necesarias para la correcta conservación de sus fondos, en especial las relacionadas con las condiciones ambientales y físicas de dicha conservación, las relacionadas con la utilización de soportes alternativos que permitan la preservación de los originales conservados y las relacionadas con los riesgos de acceso y uso y entrada y salida de documentos de los depósitos, así como adoptar todas las medidas que considere necesarias para asegurar dicha conservación.


11. Planificar y gestionar adecuadamente el crecimiento espacial de sus fondos y de sus depósitos con el fin de prever e informar con antelación suficiente de las necesidades espaciales y de crecimiento del archivo.


12. Mantener un elevado nivel de eficiencia y eficacia en la organización y gestión de sus fondos mediante la implantación y aplicación de nuevas tecnologías en los procesos de organización y servicio de sus fondos, manteniendo una permanente mejora de los procesos de trabajo.


13. Establecer todas las medidas necesarias de control y evaluación de la gestión de los recursos asignados y servicios prestados mediante la aplicación de las técnicas estadísticas, la fijación de objetivos y la elaboración de informes y memorias de gestión generales y por programas y/o proyectos.


14. Mantener un elevado nivel de relación institucional con el resto de organismos e instituciones de carácter cultural, científico y social que actúan en su ámbito de competencia con el fin de definir y fomentar el espacio institucional que como archivo histórico le corresponde en el ámbito social, cultural y científico de su comunidad.


15. Proponer iniciativas o colaborar en los proyectos de elaboración de sistemas o programas de información de fuentes documentales para la investigación histórica o programas de información histórica que se le propongan en el ámbito de sus competencias a nivel local, regional, nacional o internacional.


16. Organizar y gestionar la administración del archivo en las diversas facetas de ejecución presupuestaria, gestión de recursos humanos, formación y adiestramiento del personal, contabilidad, correspondencia, mantenimiento de instalaciones, etc.


17. Planificar y desarrollar sistemas de calidad, información y propiedad intelectual que permitan mejorar todos los procesos y operaciones del archivo de forma integral y evolutiva atendiendo especialmente a los resultados en la calidad de los servicios.


Los archivos históricos  son centros de información que tienen características comunes a otras instituciones como bibliotecas, centros de documentación, museos, entre otros,  pero realizan funciones específicas que los diferencian del resto. Los centros de información tienen como función social guardar la memoria de los hechos y actividades humanas, sus finalidades son fundamentalmente  culturales y científicas, en el caso de los Archivos Históricos son, además,  jurídicas e históricas. En las diferentes instituciones de información, los documentos que  se atesoran instruyen  a los usuarios,   en los Archivos Históricos, además de informar, prueban. 


La universidad como institución social es fruto de una época muy diferente a la actual. En sus orígenes,  las  universidades  se  convirtieron  en  las  instituciones  que  atesoraban  todo  el conocimiento de la sociedad. El desarrollo de las ciencias entonces, posibilitaba tal situación. Hasta la primera mitad  del pasado  siglo  XX, era  posible  afirmar con bastante certeza  que cuando  una  persona  culminaba  sus  estudios  universitarios  estaba  preparada  para  ejercer profesionalmente durante toda su vida. 


En la actualidad no ocurre de ese modo. Ni los conocimientos se atesoran privilegiadamente en la sociedad, ni  es  posible  pensar   en  tener  desempeños  profesionales   exitosos  sin  una  constante actualización. “Educación para todos durante toda la vida” es el objetivo supremo asumido por la UNESCO para caracterizar la nueva cualidad que debe estar presente en la educación en la época  actual. 


La universidad cubana actual se proyecta para el logro de este objetivo, teniendo como  misión la de “Preservar, desarrollar y promover, a través de sus procesos sustantivos y en estrecho vínculo con la sociedad, la cultura de la humanidad”. (Horruitiner).  Desde la perspectiva de la misión de la universidad, preservar la  cultura es, ante todo, garantizar la transferencia  del el acervo cultural de  la humanidad de una generación a otra. Cuando en una universidad cualquiera, en una clase, un profesor y sus estudiantes desarrollan de conjunto el proceso de formación, más allá de ese hecho meramente fenomenológico y casual de un determinado profesor y un cierto número de estudiantes, hay una relación esencial de carácter generacional. La generación portadora del conocimiento, representada en este ejemplo por el profesor, traslada el mensaje cultural a la generación en formación, representada por los estudiantes. Es frecuente, en la literatura actual sobre el tema, restringir la misión de la universidad a este aspecto formativo.


 La  universidad  del  siglo  XXI  no  puede  limitarse  a  esa  función,  aunque  es  de  primordial importancia en el cumplimiento de su misión. Unido a la necesidad de preservar la cultura se requiere  un  trabajo  orgánico  de  las  universidades,  para  desarrollarla  desde  sus  procesos sustantivos. Desarrollar la cultura es una condición indispensable de la universidad moderna y una de sus  diferencias  esenciales con la de etapas  anteriores. El modo  más integral de desarrollar la cultura es la investigación científica, por eso a la universidad moderna le es igualmente  consustancial  el  quehacer  investigativo.  Vistas  las  cosas  de  ese  modo,  las universidades, a la vez de formar a las nuevas generaciones, son instituciones de investigación.
Pero la misión de una universidad de este  siglo no está completa con esos  dos aspectos. Además de preservarla y desarrollarla, corresponde a la universidad promover la cultura en su entorno, llevarla a toda la sociedad. Las universidades, por su propia esencia, son promotoras de la cultura en el más amplio sentido de la palabra. No sólo las manifestaciones artísticas, sino toda la cultura atesorada por la institución, incluyendo de un modo esencial la cultura de cada una de las profesiones.

Así por ejemplo, en la formación hay un proceso evidente de preservación de la cultura. Unido a ello, está igualmente presente  el desarrollo de la  cultura, ya que sin investigación no hay formación  real  posible.  De  igual  modo,  la  verdadera  formación  supone  además,  que  el profesional sea un promotor de la cultura de su profesión. La extensión universitaria es también consustancial al proceso  de formación desarrollado en las universidades, sin lo cual no es posible lograr ese objetivo.
Similares  razonamientos  pueden  hacerse  para  la  investigación  y  para  la  extensión.  La integración dialéctica de los tres procesos sustantivos antes mencionados constituye la garantía del cumplimiento de la misión de la universidad  actual, planteada del modo en que se  hizo anteriormente. “La formación, la investigación y la extensión universitaria son procesos sustantivos de la universidad, indisolublemente ligados entre sí, y que en su integración aseguran el cumplimiento de la misión de la educación superior en la época actual. ”. (Horruitiner).
La universidad cubana actual es una universidad científica, tecnológica y humanista. Esas tres cualidades la caracterizan esencialmente. El desarrollo de una vida cultural activa, la participación sistemática de estudiantes y profesores en proyectos sociales comunitarios y en general, el vínculo de la universidad con programas sociales de envergadura, fortalecen esa labor y propician un clima favorable para el logro de tales objetivos.

La universidad cubana de estos tiempos prepara a sus estudiantes para brindar a la sociedad un profesional formado de manera íntegra, profesionalmente competente, con preparación científica para aceptar los retos de la sociedad moderna y con un amplio desarrollo humanístico para vivir en la sociedad de está época y servirla con sencillez y modestia, con los valores como pilar fundamental de su formación. Los archivos históricos posibilitan a los  estudiantes universitarios desarrollar habilidades investigativas, la  capacidad de estudiar con independencia y creatividad, lo que supone un elevado desarrollo en cuanto a gestionar sus propios conocimientos y el desarrollo  de  la  capacidad  de  autoaprendizaje. 

  El personal  que trabaja en los archivos históricos realiza servicios educativos  con los estudiantes universitarios tales como charlas, conversatorios, talleres, conferencias,  ya sea en el centro o en las propias aulas  para  incentivar en ellos el amor por esta  profesión  y para difundir los conocimientos que en esa institución se atesora. La profesión del archivero es un arte de pasión pues potencia en los usuarios el interés por la historia, la cultura y la sociedad de una manera  sencilla, placentera,  amena propiciando en la comunidad el desarrollo de valores  fundamentalmente en los niños y jóvenes y la necesidad de preservar el patrimonio documental de la Nación. 



Los archivos históricos son la evidencia que contienen la organización y funcionamiento del cuerpo gubernamental que los produjo siendo estos  documentos únicos y/o originales, irrepetibles e imperecederos de ahí que sus fondos y colecciones le permita a los estudiantes universitarios ampliar su cultura económica, política, jurídica  y social para el manejo y tratamiento de la información en función del desarrollo de su cultura y conocimientos científicos.


Conclusiones:

Desarrollar la cultura es una condición indispensable de la universidad moderna y una de sus  diferencias  esenciales con la de etapas  anteriores.   Los archivos históricos les brindan a los estudiantes universitarios una cultura que le incentiva el interés por la historia, la cultura y la sociedad, desarrollando en ellos valores.

A pesar de la sabida importancia que tienen los archivos históricos en el desarrollo político, económico y social dentro de la  sociedad y en consecuencia  la importancia que reviste para la formación de los estudiantes universitarios,  a veces resulta como una institución totalmente desconocida y poco reconocida.